El Aceite de Oliva Virgen es –sin duda- el más natural de todos los aceites; se trata de un producto protector y regulador del equilibrio de nuestra salud.
El Aceite de Oliva Virgen, ampliamente utilizado en la dieta mediterránea, tiene un 80% de ácido oleico (ácido graso monoinsaturado, familia Omega 9) y solo un 14 % de ácidos grasos saturados. Se recomienda el aceite de oliva extra virgen prensado en frío o de primera extracción.
Contrariamente a lo que la mayoría piensa, el aceite de oliva destaca sobre todos los demás aceites vegetales porque tiene el punto de ebullición más alto en comparación con el resto. Es más resistente a la oxidación (saturación de sus ácidos grasos) cuando se calienta que otros tipos de aceites vegetales, soportando sin cambios apreciables los 200 º C de temperatura, frente a los 100º C de media que soportan los aceites de semillas. Esto implica que podemos freír los alimentos con aceite de oliva sin temer que sus ácidos grasos se saturen.
Ofrece grandes beneficios para el organismo por su riqueza en componentes de acción antioxidante como los polifenoles y escualeno, además contiene tiene gran cantidad de vitaminas A, los cuales poseen efectos benéficos para la piel y las mucosas. Además, gracias a los esteroles que asimismo contiene bloquea la absorción del colesterol "malo" directamente desde el intestino.
La investigación científica confirma que el aceite de oliva virgen:
Reduce el nivel de colesterol. Disminuye el riesgo de infarto Reduce las probabilidades de trombosis arteriales. Disminuye la acidez gástrica. Ofrece una acción eficaz de protección contra úlceras y gastritis. Estimula la secreción de la bilis, y es el mejor absorbido por el intestino. Regula el tránsito intestinal. Beneficia nuestro crecimiento óseo y permite una excelente mineralización del hueso. Es el más conveniente para prevenir los efectos deterioradores de la edad sobre las funciones cerebrales y sobre todo el envejecimiento de los tejidos y de los órganos en general.
En 1986, tras 15 años de trabajo con científicos de 7 países diferentes, el profesor A. Keys sacó a la luz el llamado Estudio de los 7 países. Este trabajo demuestra que la presencia de ácidos grasos insaturados en la dieta disminuye el riesgo de padecer obstrucciones en las arterias del corazón.A pesar de tener pocos ácidos grasos poliinsaturados, tiene la suficiente cantidad para cubrir las necesidades diarias mínimas.
Científicos de la Universidad de Granada (UGR) junto con especialistas del Complejo Hospitalario de Jaén, el Instituto de Bioquímica de la Universidad de La Marche, en Italia, y de la Universidad de Lleida han demostrado los efectos beneficiosos del aceite de oliva virgen contra el envejecimiento frente a otras fuentes grasas.En concreto, la investigación se centra en ver cómo afecta el aceite de oliva a las mitocondrias. Estudian los efectos de la grasa sobre tres niveles: el estrés oxidativo, la funcionalidad de la mitocondria y su estructura.“La dieta basada en aceite de oliva hace que durante la vejez se acumulen menos daños en estos tres niveles”, asegura el responsable de la investigación, José Luis Quiles.
El estrés oxidativo hace referencia al proceso por el que las células generan cantidades de compuestos llamados radicales libres. Éstos se generan de forma natural por el organismo pero, en exceso, resultan perjudiciales.Se trata de unos agentes que se crean en la producción energética que tiene lugar en el interior de las células. En este proceso de combustión de grasa, se liberan los radicales libres y actúan como antorchas en relación con los tejidos del cuerpo, pues queman todo lo que tocan.
El aceite de oliva reduce el estrés oxidativo, es decir, la generación de radicales libres y, por tanto, hace que los tejidos envejezcan de forma más lenta.
MND. Alejandra García Quiroz, NC. ED.Nutrióloga Clínica y Educadora en Diabetes
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